Lo he encontrado.

Y antes de lo que pensaba... Alguien con quien reir, alguien que me susurre un 'te quiero' a tres centimetros de mi boca, alguien que me abrace por detras, alguien que me diga 'guapa' aunque esté medio dormida y con el pelo hecho un barullo, alguien que seque mis lagrimas, alguien que me acompañe vaya donde vaya, aunque sea sólo para andar dos manzanas, alguien que me bese en el cuello y haga que me derrita, alguien que me suba la moral... Él.

¿Lo intento?

Puede que sea todo lo que he estado esperando... Puede que sea él. Que me pueda dar tranquilidad, estabilidad, y un "Buenos días princesa".

Me pregunto si era amor.

Una oportunidad.

Tengo miedo. Tengo miedo de que duela, de que duela tanto que vuelva a hundirme, a caer, a derrumbarme, a que se rompa otra vez esa cosa llamada corazón y que no pueda venir alguien como tú a arreglarla, o que nunca esté a tu altura. Porque no todo el mundo está a tu altura, chico con la moral baja. No todos me aguantan día tras día, con todos mis defectos y todas mis virtudes, no todos aguantan mis cambios de humor, no todos me hacen sonreír con cualquier cosa, no todos me inspiran la confianza que tú me inspiras, no todos hacen que yo sea quien verdaderamente soy, sin preocuparme de poner un muro delante de la verdadera María para que no la dañen. No todos hacen que parezca que tengo un zoologico en el estómago, ni la colonia de todos me gusta tanto como la tuya. Y no todas te van a querer como yo lo hago.

Y siempre pierdo yo.

En la guerra como en el amor todo vale y siempre queda un perdedor, normalmente pierde el que quiere mas al igual que en una mesa de blackjack...

Pero a veces no lo puedo evitar...

No voy a decirte 'te quiero' para que luego me digas que tu corazón ya le pertenece a otra, que tus fuerzas para levantarte son por ella y no por mi, que cada sonrisa que te sale sin pensar no es porque yo esté cerca tuya, sino porque ella está en tu mente y no a tu alrededor.